Cada año se celebra el Día Mundial de la Osteoporosis, una campaña iniciada en 1996 por la British Osteoporosis Association con el objetivo de incrementar la concienciación de la población sobre la osteoporosis y su prevención. En casi 100 países de todo el mundo el 20 de octubre de cada año tienen lugar acciones informativas y campañas sobre esta enfermedad. Pero, ¿qué es la osteoporosis? ¿Cómo se desarrolla? Y ¿qué pueden hacer los pacientes para prevenirla o tratarla?

LA OSTEOPOROSIS: UNA ENFERMEDAD EXTENDIDA

La osteoporosis se considera una enfermedad extendida. Actualmente, se calcula que afecta a más de 200 millones de mujeres en todo el mundo, si bien según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta cifra irá en aumento. La OMS sitúa la osteoporosis entre las diez enfermedades crónicas más frecuentes en estos momentos. La parte complicada es que no suele detectarse de forma temprana. Según la International Osteoporosis Foundation (IOF), menos de uno de cada cuatro casos se identifican en una etapa temprana y reciben el tratamiento apropiado. ¿Por qué sucede esto? Por lo general, la osteoporosis se desarrolla lentamente y puede evolucionar de forma inadvertida y sin síntomas durante varios años. Esta enfermedad suele diagnosticarse tras una caída menor, por ejemplo, que haya resultado en una fractura ósea cuando en condiciones normales no habría tenido consecuencias.

Probablemente el paciente ya presentaba una menor densidad mineral ósea antes de producirse la fractura, que no es más que una consecuencia de ello.

¿CÓMO SE PRODUCE LA PÉRDIDA ÓSEA?

Los huesos no son una sustancia muerta, sino que están formados por tejido vivo. Este tejido se genera de forma regular a lo largo de nuestra vida, pero también se deteriora. En realidad, se trata de un proceso normal. La masa ósea aumenta hasta los 30 años de edad aproximadamente, momento a partir del cual se da el proceso inverso: empieza a disminuir. Esto significa que perdemos más masa ósea antigua de la que producimos.

Pero, a partir del momento en que este equilibrio natural se ve alterado, se produce un cambio en la masa ósea: una aceleración de la pérdida de hueso. Incluso un ligero esfuerzo o una caída inofensiva –al menos desde el punto de vista de las otras personas– pueden causar una fractura ósea.

La etapa preliminar a la osteoporosis es la osteopenia. Se trata de una reducción de la densidad ósea, que no es tan considerable como en la etapa posterior; es el punto intermedio entre unos huesos sanos y la osteoporosis. No obstante, las personas que sufren osteopenia también presentan un mayor riesgo de fracturas óseas.

Otra afección relacionada con los huesos es la osteomalacia, que describe el reblandecimiento de los huesos, que suele deberse a una falta de calcio y vitamina D. 

¿QUÉ ES LO QUE ALTERA EL EQUILIBRIO?

La deficiencia de calcio, la falta de ejercicio físico y enfermedades de tipo hormonal pueden inhibir la formación de hueso y estimular la reabsorción ósea. Las mujeres se ven afectadas con mayor frecuencia que los hombres, especialmente después de la menopausia debido a los cambios hormonales. En el 30 % de las mujeres, el riesgo de pérdida ósea aumenta durante esta etapa de la vida. El metabolismo de los huesos está controlado en parte por los estrógenos y la testosterona, las hormonas sexuales femeninas y masculinas, así como por la vitamina D y otras hormonas (p. ej., las producidas por la glándula tiroidea). A partir de los 35 años, el organismo de las mujeres produce menos estrógenos y, como consecuencia, se degrada más hueso del que se genera. Si antes de la menopausia tan solo se pierde el 1 % de la masa ósea, esta cifra aumenta rápidamente al 4 % en la menopausia.

Algunas mujeres pierden casi el 40 % de su masa ósea entre los 40 y los 70 años. En cambio, en la mayoría de los hombres, esta cifra es solo del 20 %. No obstante, pese a la relación demostrada entre los estrógenos y la osteoporosis, no necesariamente todas las mujeres caen víctimas de esta afección después de la menopausia. Hay otros factores que también desempeñan un papel.

¿CÓMO SE PUEDE PREVENIR LA OSTEOPOROSIS?

Lo mejor es prevenir o tratar la osteoporosis antes de que se produzca la primera fractura, ya que es muy difícil regenerar la masa ósea una vez que se ha perdido. Algunos de los factores de riesgo pueden ser mitigados por cada persona, mientras que otros no.

Factores de riesgo en los que no se puede influir:

  • Componente genético
  • Disminución de los niveles de estrógenos o testosterona asociada a la edad

Factores de riesgo controlables:

  • Peso corporal bajo
  • Deficiencia de calcio y/o vitamina D
  • Tabaquismo
  • Falta de actividad física
  • Limitación del movimiento o incapacidad para moverse

    Determinados trastornos subyacentes o los medicamentos que aumentan el riesgo de osteoporosis solo pueden limitarse en cierta medida.

¿QUÉ PUEDE SER DE AYUDA EN LA OSTEOPOROSIS?

Hay tres estrategias terapéuticas que han demostrado ser eficaces en la prevención de las fracturas óseas:

  • Tratamiento farmacológico como terapia a largo plazo durante varios años
  • Ejercicio físico, por ejemplo, la natación y la gimnasia.
  • Alimentación, como las dietas ricas en calcio

    Solo un médico puede determinar qué medidas individuales son las adecuadas para cada paciente. Cada tratamiento depende de la situación clínica global del paciente.

¿CÓMO SE PUEDE CONTROLAR LA OSTEOPOROSIS?

A día de hoy no existe una cura para la osteoporosis, pero es posible estabilizar los huesos de modo que no se rompan o no vuelvan a romperse. La clave está en que cuanto antes se inicie la prevención y el tratamiento, mejor podrán conservarse unos huesos sanos.