El 11 de abril es el Día Mundial del Parkinson. Este día de movilización pretende llamar la atención sobre la propia enfermedad y sus consecuencias en la vida de los pacientes y sus familias, así como sobre los avances en el tratamiento. La fecha no se ha elegido de forma arbitraria, sino que coincide con el nacimiento del médico inglés James Parkinson, quien describió por primera vez la enfermedad en 1817.

Pero ¿qué es la enfermedad de Parkinson? ¿Cómo evoluciona la enfermedad y por qué etapas pasan los pacientes? ¿Cuáles son los síntomas típicos y cómo se diagnostica?

¿Qué es la enfermedad de Parkinson?

La enfermedad de Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente después de la enfermedad de Alzheimer. Esto significa que la enfermedad afecta a las células nerviosas de los pacientes. Hasta la fecha, no es posible curarla,1,2 pero tiene buen tratamiento. Según la Asociación Europea de la Enfermedad de Parkinson (EPDA), alrededor de 10 millones de personas tienen la enfermedad en todo el mundo y los hombres la padecen con algo más de frecuencia que las mujeres.3 De media, la enfermedad de Parkinson aparece en los pacientes a partir de los 60 años, aunque en algunos los primeros síntomas aparecen antes de los 40 años y, en casos raros, la enfermedad también puede comenzar en la adolescencia (síndrome de Parkinson juvenil).3,4

La enfermedad de Parkinson es causada por la degeneración gradual de ciertas células nerviosas del cerebro

Aún no se comprende totalmente cómo se desarrolla esta enfermedad. Solo en algunos casos puede atribuirse a una predisposición hereditaria. Los daños previos en el cerebro debidos a lesiones graves en la cabeza, accidentes cerebrovasculares o tumores pueden aumentar la probabilidad de padecer Parkinson. Sin embargo, en la mayoría de los casos, no se halla ninguna causa y la enfermedad se denomina síndrome de Parkinson idiopático (es decir, sin una causa conocida).

En las personas con enfermedad de Parkinson, las células nerviosas del cerebro que producen el neurotransmisor dopamina mueren a una velocidad mucho mayor. Estas células se encuentran en una zona del cerebro denominada sustancia negra, que es la responsable del movimiento voluntario y la coordinación. La muerte de las células nerviosas y la consiguiente falta de dopamina producen una deficiencia en la transmisión de señales en el cerebro. Esto da lugar a una pérdida del control cada vez mayor sobre los movimientos voluntarios e involuntarios y a otros síntomas típicos como temblor muscular, rigidez muscular, falta de estabilidad en la postura erguida (inestabilidad postural) y lentitud de los movimientos (bradicinesia). Este proceso es gradual y la muerte de las neuronas que producen la dopamina suele comenzar mucho antes de que aparezcan los primeros síntomas.

Los trastornos del sueño y la depresión también pueden ser síntomas tempranos de la enfermedad de Parkinson y pueden aparecer años antes del inicio real de la enfermedad

Síntomas típicos de la enfermedad de Parkinson

La enfermedad de Parkinson suele comenzar lentamente y con síntomas inespecíficos. Los pacientes suelen referir que se caen con más frecuencia y notifican la primera pérdida del control de las funciones motoras. Esto se manifiesta, por ejemplo, en los brazos caídos y en que la marcha se ve alterada debido a que arrastran las piernas. Otros síntomas iniciales son los trastornos del sueño, la reducción de la actividad intestinal que conduce al estreñimiento o las alteraciones del sentido del olfato. También pueden ser síntomas tempranos los calambres en las pantorrillas y dolores en la espalda, los hombros o los brazos. Algunos pacientes también sufren de depresión.

En la mayoría de los casos, se suman otras dolencias con el paso del tiempo. Pueden presentarse varios síntomas principales:

  • Bradicinesia (lentitud de los movimientos)/acinesia (falta de movimiento):
    Hay cuatro síntomas principales. Uno de ellos es la bradicinesia, la ralentización creciente de los movimientos que, con frecuencia, se manifiesta también en una reducción de los movimientos mímicos y en trastornos del habla. Los pacientes solo pueden moverse con gran dificultad, dando pasos cada vez más pequeños, y desarrollan la típica marcha encorvada, de paso corto y arrastrando los pies.
  • Temblor en reposo:
    El síntoma más notable es el temblor en reposo. Cuando el paciente está en reposo, le tiemblan principalmente la cabeza y las manos. Con el movimiento el temblor disminuye o desaparece por completo.

 

 

 

  • Rigidez: 
    Se trata del síntoma principal de la enfermedad de Parkinson y se entiende como una rigidez muscular persistente e involuntaria (también conocida como aumento del tono muscular). Afecta, principalmente, a los músculos flexores, lo que produce la típica postura inclinada hacia delante con los brazos doblados. Por ejemplo, si se extiende y se flexiona de manera pasiva el codo o la muñeca de una persona afectada, en ocasiones puede desencadenarse el denominado fenómeno de rueda dentada: el movimiento no se produce de una sola vez, sino en varios pasos pequeños.
  • Inestabilidad postural (inseguridad en la postura y la marcha, tendencia a caerse): 
    A algunos pacientes de Parkinson el daño en las células nerviosas que producen la dopamina les dificulta mantener una postura erguida. Los reflejos de posición y postura, que regulan de manera subconsciente la marcha y el equilibrio, pueden perder su funcionalidad. Esto puede ocasionar dificultad en los movimientos. Además, los pacientes pueden ser propensos a caídas y tropiezos.

 

 

Los temblores incontrolables son solo uno de los síntomas que pueden limitar seriamente a los pacientes de Parkinson en su vida diaria.

Con el tiempo, los cambios en el comportamiento también pueden llegar a ser notables. Por regla general, los pacientes de Parkinson pueden reaccionar con mayor irritabilidad, retraerse de forma gradual y evitar los contactos sociales. Esto se puede atribuir, principalmente, al deterioro del habla y la escritura y a otras limitaciones generales. Por esta razón, es particularmente importante que los pacientes reciban el tratamiento adecuado para mantener la mayor flexibilidad posible en la vida cotidiana y continuar llevando una vida independiente.

 

¿Cómo se diagnostica la enfermedad de Parkinson?

En la actualidad, no existe un procedimiento de diagnóstico estandarizado para detectar la enfermedad de Parkinson. El curso de la enfermedad depende de cada persona y los primeros síntomas pueden resultar muy inespecíficos. Si los pacientes o familiares notan cambios, el médico primero intenta averiguar el momento del inicio y el tipo y la duración de los síntomas. Para descartar otros factores desencadenantes, como tumores o accidentes cerebrovasculares, se pueden consultar otras opciones de diagnóstico, como la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM). En última instancia, lo que conduce al diagnóstico de la EP es la exclusión de otras enfermedades en combinación con la aparición de uno o más síntomas principales.          

La enfermedad de Parkinson es muy tratable hoy en día. En cada etapa de la enfermedad, los pacientes disponen de opciones terapéuticas en forma de fármacos o medios técnicos que sirven de apoyo a la independencia y la libertad de la persona afectada. Lamentablemente, con frecuencia el Parkinson solo se diagnostica en una etapa avanzada, sobre todo debido a que los síntomas inicialmente son inespecíficos. Por desgracia, cuanto más tarde se diagnostica, más avanzadas suelen ser ya las limitaciones en la vida del paciente. Si la enfermedad se diagnostica a tiempo, el tratamiento adecuado puede «congelarla», es decir, mantener sin cambios la movilidad existente del paciente y, por lo tanto, la flexibilidad durante un período de tiempo más prolongado.

Fuentes

Dorsey ER, Elbaz A, Nichols E, et al. Global, regional, and national burden of Parkinson’s disease, 1990–2016: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2016. Lancet Neurol 2018;17(11):939–53.

Nussbaum RL, Ellis CE. Alzheimer’s Disease and Parkinson’s Disease. N Engl J Med 2003;348(14):1356–64.

Heinzel S, Berg D, Binder S, et al. Do We Need to Rethink the Epidemiology and Healthcare Utilization of Parkinson’s Disease in Germany? Front Neurol 2018;9:500.

Deutsche Gesellschaft für Klinische Neurologie und Funktionelle Bildgebung (DGKN). Morbus Parkinson. Online: https://dgkn.de/neurophysiologie/der-ueberblick/morbus-parkinson. As of 19 March 2021.